Carta de amor.

Querido amor de mi vida:

Hace un tiempo que te encontré, porque aunque siempre hayas estado en mí, me costó ver lo que realmente valías, lo que significabas para mí. El tiempo y las situaciones nos muestran con su paso; muchas veces como consecuencia quien realmente queda en nosotros y quienes somos realmente.
Fuiste mi primer amor y, aunque algunas veces te haya dejado de lado, siempre serás mi amor. Por eso, realmente no tengo nada que echarte en cara, simplemente agradecerte que te dejases conocer y enseñarme que, nadie necesita a nadie y, mucho menos las palabras de nadie. Que cuando se tiene un día malo, no hace falta un abrazo, si no un yo puedo.
Y es gracias a la vida y a ti que ya no soy la misma, que hace tiempo que ya solo me estrello por ti y a tu salud, que cuando estoy decaída tu me ayudas con tu no seas tonta, tu puedes con todo o, mejor, lo que a toda chica le pasa, ese momento en el que no te sentías bien con nada, llegas diciendo ponte tus vaqueros, que te encantan y así yo, haciendo caso, me veía genial.
A estas alturas, gracias a ti, creo que la belleza está en el interior y no por lo que todos dicen que se encuentra en la forma de ser; si no que, se encuentra en lo que cada uno ve delante del espejo, en la imagen que tenemos de nosotros mismos. Me enseñaste que, si tu misma eres tu propio ídolo, nadie puede acabar contigo.
Sé que contigo más que con nadie me he confundido, pues nunca te di el papel que tenías en mi vida, el de protagonista, pero con el tiempo te has ido haciendo notar y cada vez más fuerte hasta convertir(nos)me en lo que so(mos)y.

Porque no existe, ni debería existir un amor más puro ni más verdadero que el amor propio.
Firmado: Yo, mi único amor.